20 dic 2011

Al menos me tengo a mí.

¿Me quieres?
Yo suelo querer más de lo que debo.

Ando dando y perdiendo, dando para no recibir, dando para dejarlo todo en el olvido. Aunque haya un siempre que no se cumpla nunca, siempre querremos ser lo que nunca seremos. ¿Sabes lo que digo?

¿Cuándo fue? ¿Cuándo fue que me quedé yo solo con mi mundo? ¿Cuándo fue que quise cambiar y no pude mejorar? ¿Dejé de ser yo? No se.

Porque hay quien nace para sumirse en su rutina e inyectarse una buena dosis de egotrip y de superficialidad. ¿Y para qué? El ego os come por dentro, ¿de qué sirve eso? Nadie es feliz así, o al menos eso pienso yo. Quien deja que su ego le coma, deja de existir. Y, claro, ¿de qué sirve tener amigos si lo tenemos a él?

Pues sí, hijo, sí, pero yo, intentando ser yo mismo soy feliz... y si hay algo que me coma por dentro no soy yo mismo. Aunque a veces me sienta solo, que a lo mejor es verdad que lo estoy, simplemente estoy contento... y si me preguntas cómo lo conseguí, la respuesta sería: Al menos me tengo a mí.

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